Respalda tu Visión de Éxito
- Llaves a la Luz

- 11 abr 2020
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 24 ago 2020
El amor, la pasión y la felicidad por lo que anhelamos, son el respaldo, la fuente de poder para alcanzar el éxito con felicidad que todos deseamos.

Un gran número de veces hemos escuchado o leído sobre temas asociados al éxito en la vida. En estos materiales de conocimiento observamos que, al margen de la meta especifica que se quiera alcanzar, las estrategias que se utilizan para motivar se establecen sobre los pasos y hábitos que conducen a este, prevaleciendo conceptos claves como la perseverancia, la disciplina, la fuerza de voluntad, la confianza, la tolerancia, el esfuerzo, la visualización, el optimismo. Un sin número de características, pensamientos, hábitos, creencias que efectivamente pueden reforzarnos en esta intención. No obstante, en varios casos, después de aplicar las diferentes recomendaciones durante un periodo de tiempo sin ver resultados satisfactorios en pro de nuestra meta, la decepción es total. Porque empezamos a identificar que el impulso motivacional que teníamos inicialmente se comienza a desvanecer, a agotarse rápidamente, posiblemente porque las circunstancias no se encuentran a nuestro favor, o simplemente porque fracasamos en un intento por lograr el éxito planteado. Terminando con un sentimiento de frustración, con la poca probabilidad de realizar otro intento por miedo a una nueva desilusión. En otros casos pasa lo contrario: se obtiene el objetivo, transformándose en el éxito por el que trabajamos en nuestra vida, pero lo realmente extraño, es que aún gozando del propósito visualizado, no se manifiesta un estado de felicidad por lo concebido, convirtiéndose en un éxito que nos deja con una sensación amarga de fracaso, decepción y confusión, por no adquirir la felicidad esperada.

Claramente genera inquietud el saber: ¿por qué es tan complicado mantener la motivación necesaria, durante el tiempo necesario, para lograr un objetivo como este?, ¿en qué se respalda la felicidad del éxito conseguido? La respuesta a estos interrogantes radica, en que se está creando el éxito ambicionado sobre fines por los que se tiene una sensación de agrado, alegría, entusiasmo, ambición, interés, gusto, etc. Tomando decisiones sobre emociones, estados de ánimo, y/o sentimientos frágiles, sin gran valor para nosotros, que generalmente dan paso a la iniciativa, pero no son lo bastante fuertes para enfrentar las diferentes situaciones que se interponen entre nuestro punto de partida y el éxito. Aunque en ocasiones estos estados de ánimo, emociones o sentimientos débiles, superficiales, son suficientes para obtener el éxito pensado, terminan por no ser lo suficientemente intensos, para inspirar felicidad por lo alcanzado. En conclusión, se está dando el rotulo de éxito a cosas que en realidad no se aman, por las cuales no se siente pasión, no despiertan felicidad en nosotros. Simplemente son gustos, producto de un deseo que casi siempre está forjado por apariencia, sobrevivencia, lucro, imposición, influencia o manipulación, dejando de lado la felicidad propia, el amor, la pasión por lo que se proyecta. Factores vitales que respaldan la felicidad esperada al cumplir nuestra visión. Caso contrario ocurre cuando el éxito deseado está fundamentado sobre fuentes de poder y de energía, como el amor, la pasión, la felicidad. Que despiertan toda la capacidad vital del individuo a través de un deseo ardiente que blinda ante la adversidad, da fortaleza, coraje para levantarse las veces que sea necesario ante cualquier fracaso, duda, decepción, iliquidez, burla o evento negativo que se interponga en nuestro camino al éxito soñado.
Para lograr esta fuerza en nuestro interior debemos iniciar teniendo claridad sobre la intensidad y el significado de nuestro(s) estado(s) de ánimo (qué cualidades, valor, sentimientos y emociones están involucradas), sentimientos (qué cualidades, valor y emociones lo(s) están formando) y emociones (qué cualidades tienen), para no confundir lo que es amar, sentir pasión o tener felicidad, con otro tipo de estados de ánimo, sentimientos o emociones que pueden ser similares, pero no iguales. Por tal razón, sea que nos estemos refiriendo a un emprendimiento, relación afectiva, trabajo, profesión o cualquier tipo de logro que represente importancia para nosotros, debemos tener claro que estamos actuando impulsados, motivados por un gran amor, pasión y felicidad por lo que anhelamos.
Al observar a la gran mayoría de personas que por mérito propio se convirtieron en exitosas en algún campo de su vida, percibimos que sus inicios fueron en medio de situaciones muy desfavorables en los ámbitos económicos, de salud, afectivo y/o educativo. Sin embargo, nunca se detuvieron, logrando su finalidad. Perseverando, superando toda clase de adversidades, obstáculos que sólo el deseo ardiente del amor, la pasión y la felicidad generada por lo que se quiere, pueden enfrentar.

Sin importar nuestro pasado o las condiciones en las que estemos en la actualidad, cada uno de nosotros es fuente de amor, pasión, felicidad, valores que nos dan la grandiosa oportunidad de desarrollar plenamente la fuerza interior necesaria para impulsar y mantener los pensamientos, creencias y hábitos precisos para obtener un éxito integral en toda nuestra vida.
Varias personas han tenido éxito en ciertos aspectos, pero son muy pocas las que han podido disfrutar de un éxito con felicidad en su vida. No nos conformemos con un éxito a medias. Planteemos nuestra visión con el corazón, más que con la mente, pues todos tenemos derecho a deleitarnos con el esplendor que irradia de él, cuando es elegido honestamente desde lo más profundo de nuestro corazón.
Llaves a la Luz







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